Introducción


“Entró en fuego el batallón carlista de Arlanzón (2º de Castilla), resistiendo a pecho descubierto, y conociendo Velasco (Gerardo Martínez de Velasco) que empezaban a escasear las municiones, le reforzó con el batallón del Cid (1º de Castilla), que subió a la carrera, desplegó una guerrilla por su izquierda y ayudó a los de Arlanzón a sostener la posición. Solos aquellos dos batallones, que apenas contaban cada uno 400 plazas, sin esperanza de refuerzo y al descubierto, hicieron tan heroica resistencia que fue la admiración de todos. Allí mostraron una vez más aquellos bravos castellanos, que siendo los más desatendidos eran los más valientes”.
(Antonio Pirala Criado: Historia Contemporánea. Anales desde 1843 hasta la conclusión de la última Guerra Civil. Acción del paso de Muñécaz o de las Muñecas, Vizcaya, 28 de abril de 1874)

Juicios parecidos, podemos encontrar en muchos de los autores que han estudiado el Carlismo, pero he entendido que debía reseñar el de un autor decididamente liberal, como lo era Pirala, aunque su reconocimiento hacía los castellanos, no esté exento de mala intención respecto del Carlismo en general. El caso es que, hace ya muchos años, se despertó en mí la pasión por la Historia de España y el paso del tiempo fue decantando mi interés hacia el Carlismo y dentro de su ya casi bicentanaria andadura, mi trabajo se iría centrando paulatinamente en el Carlismo castellano. Mi atracción se basaba en dos aspectos: primero, el intento de que mis esfuerzos pudieran contribuir a dar al Carlismo su verdadera dimensión, alejándolo de esa malévola o ignorante visión que lo reduce a algo pretérito y propio de vascongados o navarros, tan sólo comprometidos con una determinada bandería dinástica, y segundo, mi doble afinidad sentimental con él, por origen y carácter, además de entender que en ellos se encontraba representado el Carlismo más sacrificado y sincero.
En mi trabajo, El levantamiento carlista de Castilla la Vieja, intenté demostrar su importancia, cuantificando, en la medida de lo posible, ese primer movimiento castellano, no sólo a favor de los derechos de don Carlos María Isidro, sino también en los principios que representaba, pero haciendo también hincapié en los protagonistas, pues ponerles nombre y apellidos, ha sido otra de mis preocupaciones desde que me atreví a escribir sobre la Historia de España. Fruto de ese interés, fue el apéndice que acompañaba aquel trabajo, en el que incluía unas decenas de breves notas biográficas, sobre algunos de los actores de aquel movimiento en Castilla la Vieja.
Desde entonces, siempre tuve intención de completar aquel, podríamos decir, mini catálogo de carlistas castellanos, ampliándolo todo lo que me fuese posible y abarcando toda la historia del Carlismo. Son miles los nombres de carlistas que constan, tanto en libros como en archivos, pero no era fácil determinar, excepto claro está, aquellas pocas decenas que habían alcanzado más notoriedad, quiénes de aquellos hombres habían nacido en tierras de Castilla. Decidí por ello y con intención de hacer más asequible mi empeño, acotar el trabajo a los combatientes, eso sí, desde la Primera Guerra decimonónica hasta la que asoló España de 1936 a 1939. Reuní más de dos mil nombres, que por zona de actuación o por las unidades en las que estuvieron destinados, evidenciaban su origen castellano. Lamentablemente una cosa era confeccionar esa lista y otra muy distinta, encontrar los datos suficientes sobre ellos, como para poder dedicarles es mínimo de páginas que su esfuerzo merecía. Así, la lista ha quedado reducida finalmente a solo unos cientos. Estoy seguro, sin embargo, que son ejemplo suficiente de todos aquellos otros a los que la Historia, nunca podrá hacerles justicia.
Y para que las dificultades editoriales previsibles, no entierren nuevamente a la mayoría de los que he conseguido recuperar, he decidió crear esta página para asegurar así su pervivencia a los ojos de todos aquellos que curiosos de nuestro pasado quieran acercarse a ella.

lunes, 24 de enero de 2011

Don León ARENZANA LÓPEZ

Nació don León en Nájera (La Rioja), el día 10 de abril de 18101.
En su Hoja Militar consta que se incorporó como Soldado, a las filas carlistas, el día 1 de julio de 1834. También que fue clasificado como “Distinguido” el 12 de septiembre de 1834, ascendiendo a Alférez, con antigüedad de 24 de agosto de 1838, empleo que se le revalidaría como consecuencia de lo establecido en el Convenio de Vergara, tras su instancia de 7 de febrero de 1840 y por Orden de 18 de agosto de 1844 y antigüedad de dicho Convenio. Nada más consta sobre su actuación en la 1ª Guerra Carlista, pero don León, nunca se conformó con dicha revalidación, estimando que se le debía haber revalidado el empleo de Teniente de Caballería. Pretensión en la que insistió a lo largo de los años y gracias a su insistencia, se han conservado copias de algunos documentos, que nos dan una breve, pero interesante información sobre su andadura en aquella contienda.
Existe, como decíamos, copia de una instancia firmada por él, en Vitoria, el día 6 de junio de 1865, en la que solicita los testimonios de don Gabriel de Lacy, don Eustaquio Llorente (otro de nuestros protagonistas), ambos residentes en Logroño y de don Leonardo Sagarminaga, residente en Burgos, a fin de que certificasen el empleo de Teniente de Caballería, que le había sido otorgado con fecha 22 de junio de 1838, “por las acciones que desde el diecinueve hasta el veinte del mismo tuvieron lugar en Pañacerrada”. Dicen dichas certificaciones:
Don Gabriel de Lacy y Burgunio Brigadier de Infantería de cuartel en esta capital. = En consecuencia de la orden que al margen antecede. = Certifico. = Que efectivamente conoció a D. León Arenzana y López en el ejército Vasco-Navarro disuelto y le consta que de resultas de las acciones de Peñacerrada se le dio el empleo de Teniente de Caballería; con la fecha del veintiuno el veintidós de Junio de mil ochocientos treinta y ocho, como ya lo tiene certificado varias veces porque siendo Jefe del Estado Mayor de Navarra se le comunicaron por su conducto las órdenes, todo cuanto he dicho es verdad…= Logroño 11 de Junio de 1865”.
D. Eustaquio Llorente Teniente Coronel retirado en esta Plaza. = Certifico.= Que desde muy al principio de la Guerra Civil conoció en ella a Don León Arenzana y López; y tanto por esto cuanto porque estuve de Ayudante de E.M. en el Ejército de Don Carlos encargado del negociado de acciones de guerra, me consta que por su comportamiento en las acciones de Peñacerrada en Junio de 1838 se le propuso para el empleo de Teniente cuya propuesta mereció la suprema aprobación… a pasar a la mesa de que yo estaba encargado y cuyas órdenes fueron comunicadas. = Para que conste y en virtud de los mandado por el Excmo. Señor Capitán General del Distrito, doy la presente en Logroño a 12 de Junio de 1865”.
D. Leonardo Sagarminaga y López Coronel graduado Teniente Coronel retirado en esta Plaza.= Certifico que con motivo de haber sido destinado al Escuadrón de Jefes y Oficiales de Órdenes del E.M.G. del Ejército Carlista, pocos meses antes de que terminase la Guerra Civil en las Provincias Vascas conocí a Don León Arenzana que suscribe la anterior instancia desempeñando el servicio de Teniente en dicho Escuadrón a cuyo empleo había ascendido de resultas de las acciones de Peñacerrada en Junio de mil ochocientos treinta y ocho según el Real Despacho que le vio días antes de celebrarse el Convenio de Vergara como ya en otra ocasión tuve el honor de manifestar.= Y en cumplimiento de lo que se ordena en el Decreto marginal puesto en la citada anterior instancia expido la presente en Burgos a diecinueve de Junio de mil ochocientos sesenta y cinco”.
Desde el día 1 de noviembre de 1841 al 13 de septiembre de 1844, estuvo “ilimitado” en Logroño. Su primer destino, tras el Convenio de Vergara, por Orden de 24 de agosto de 1844, fue en el regimiento de <<Almansa>> 5º de Lanceros en clase de “supernumerario”, con cuartel en Pamplona (Navarra). A finales de abril de 1845, pasó al de <<María Cristina >> 6º de Cazadores y cuartel en Valladolid y luego en Madrid. A primeros del año 1846, se incorporó a su nuevo destino, en Madrid, en el Palacio Real y en el regimiento de <<Pavía>> 6º de lanceros. En este destino y con fecha 28 de octubre y antigüedad del 10, se le concedió el grado de Teniente de Caballería. El 17 de septiembre de este año de 1846, pasó a Alcalá de Henares (Madrid) hasta enero de 1847, en que volvería a Madrid, en donde permanecería hasta el 17 de marzo, cuando pasaría a Zaragoza y meses después, de nuevo a Pamplona. El 30 de septiembre sería destinado al regimiento de <<Villaviciosa>> 8º de Caballería, como “supernumerario” y en Zaragoza, siendo considerado como “efectivo” el día 29 de junio de 1848 y agraciado con la Cruz de San Fernando de 1ª clase por su intervención en los sucesos de 7 de mayo en Madrid2.
Hay que reseñar que durante los meses de enero a abril de este año de 1848, pasaría con su Cuerpo a Calatayud y Bajo a Aragón, en persecución de partidas carlistas. Desde donde regresaría a Madrid, haciendo servicio en Madrid y Aranjuez, hasta que pasó a Extremadura y Andalucía, lugares en los que operó durante el resto del año 1848, 1849 y 1850, siéndole reconocido el empleo de Teniente de Caballería, con antigüedad de 29 de enero de 1849. El día 1 de marzo de 1851, se incorporó a su nuevo destino, el escuadrón de <<Castilla>> 11º de Cazadores, de nueva creación, pasando con él, a Alcalá de Henares y luego a Valladolid, dedicándose a la persecución de “malhechores” hasta el mes de abril.
Dice a continuación su Hoja Militar, que continuó en su servicio habitual en Valladolid, “hasta la noche del 15 de Julio (1854) que se adhirió con su Escuadrón al levantamiento Nacional verificado en dicha Plaza. En 22 del mismo emprendió la marcha para Madrid con la columna de Operaciones del mando del Excmo. Señor General D. Agustín Nogueras, entrando ésta en la Corte con el Duque de la Victoria el día 29 del referido mes, y disuelta dicha columna el 3 de Agosto regresó a Valladolid. Por Real Orden de 23 de Septiembre se dignó S.M. concederle el grado de Capitán con la antigüedad de 20 de Julio anterior…”3.
No fue suficiente al inquieto don León, haber combatido en 1848 a sus antiguos compañeros en Aragón y Extremadura, y haberse involucrado en el control de la sublevación del 7 de mayo de 1848 y en el pronunciamiento de julio de 1854, sino que, al año siguiente secundaba la intentona carlista de don Epifanio Carrión en Valladolid. El 29 de mayo de 1855, el Director general de Caballería, proponía su “retiro”, quedando desde el día 11 de junio siguiente, en situación de “reemplazo”. Condenado por “sedición” a “un año de prisión en un castillo”, concluida su condena en el castillo de Zamora, pasaba nuevamente a la situación de “reemplazo”, pasando a residir en Vergara (Guipúzcoa), aunque finalmente, por Orden de 20 de noviembre de 1856, se le destinó al tercer escuadrón del regimiento de Lanceros <<Lusitania>> 15º de Caballería.
Por Orden de 22 de octubre de 1860, se le concedió el “retiro” para el pueblo de Barriobusto (Álava), autorizándosele el 8 de diciembre, de ese mismo año, a trasladarse a Elgoibar (Guipúzcoa). El 23 de junio de 1861, solicitó se le permitiese establecerse en Miranda de Ebro (Burgos), con objeto de emplearse en el ferrocarril, autorizándosele el 28. El 29 de abril de 1863, se le autorizó a pasar a Legazpia (Guipúzcoa), desde, con fecha 21 de junio de 1865, pidió que se le permitiese residir en Vitoria (Álava).
Trabajó, en la capital alavesa, en Correos desde octubre de 1866 hasta el 15 de diciembre de 1868, en que se le declaró “cesante”, por lo que, con fecha 26 de febrero de 1869, cursó una instancia solicitando una “mejora” de su “retiro” o la vuelta al servicio en clase de “supernumerario”, petición que fue desestimada, quedando en su situación anterior. De Vitoria salió para sumarse al levantamiento alavés del mes de agosto de 1870. No sabemos detalles de su participación en este fracasado intento, pero sí que fue hecho prisionero y que al salir del presidio de Valladolid, en el mes de octubre de 1871, se presentó al Gobernador militar de Vitoria, para acogerse a la amnistía concedida el día 30 de agosto del año anterior.
Se puede leer en una instancia de su hija, obrante en su Expediente: (residía en la ciudad de Vitoria), “hasta el mes de Junio de 1873, que no hallándose conforme con la marcha política del país en aquellas fechas se alistó, en las filas del pretendiente donde permaneció hasta el 28 de Febrero del año último (1876) que usando de la benevolencia de V.M. se acogió al Su Real indulto”. Por disposición del Capitán general pasó a residir a Valladolid, desde donde, con fecha 20 de junio de 1876, solicitaba que se le autorizase a pasar a la villa de Cárdenas (La Rioja), alegando que allí y “pueblos inmediatos habita su familia que podrá mejorar su situación…”, petición que hacía extensiva para su hijo Ruperto, que se encontraba residiendo en Vascongadas, también por orden del Capitán general de ese distrito.
Digamos por último, que en la citada instancia de su hija doña Encarnación, que en su nombre y en el de sus hermanos Ruperto y Pilar, solicitaba una pensión, consta que don León, falleció en Vitoria el día 16 de noviembre de 1876.
1 .- Expediente Personal. Archivo General Militar de Segovia.

2 .- En la madrugada del día 7 de mayo de 1848, varios sargentos revolucionarios, consiguieron sublevar a varios soldados del regimiento de Infantería <<España>>, que unidos a varios paisanos, salieron a las calles de Madrid, tratando de derrocar al Gobierno. Al no ser secundados por ninguna otra fuerza, fueron reducidos fácilmente por las tropas fieles, con el resultado de haberse hecho 78 prisioneros, de los que 13, de ellos 5 paisanos, fueron pasados por las armas.

3 .- Tras sublevarse varios generales, entre ellos don Leopoldo O’Donnell, contra el Gobierno presidido por don Luis José Sartorius, conde de San Luis. Tuvo lugar un encuentro entre los sublevados y las tropas fieles al gobierno, en las cercanías de Madrid, en Vicálvaro, conocido como la “Vicalvarada”, que se saldó con la derrota de los pronunciados, pero habiéndoseles unido diversas guarniciones y apoyados en el llamado “Manifiesto de Manzanares”, redactado por don Antonio Canovas, el día 7 de julio de 1854, solicitando una serie de reformas políticas y unas Cortes constituyentes, que hicieran posible una auténtica regeneración liberal, Isabel II, se dirigió a Espartero que se había puesto al frente de las tropas sublevadas, entendiendo que solamente él, podía dar estabilidad a su Gobierno, enviándole un emisario, al que el duque de la Victoria, entregó sus condiciones, que Isabel aceptó, entrando Espartero el día 29 de julio en Madrid, formando un nuevo gobierno, en el que O’Donnell recibiría la cartera de la Guerra.

lunes, 3 de enero de 2011

Don Juan Crisóstomo APELLÁNIZ ALBÉNIZ

Nació en Logroño (La Rioja) en el año 1798, según la escueta Hoja de Servicios que existe en su Expediente Personal1. Hoja que pertenece al Ejército carlista, concretamente al batallón de Infantería <<2º de Castilla>> y que tan sólo alcanza hasta el día 23 de diciembre de 1835. Por ella sabemos que era Teniente, graduado de Capitán del batallón de <<Voluntarios Realistas de Logroño>>, y que se unió el día 7 de octubre a don Santos Ladrón de Cegama, a cuyas órdenes asistió a la acción de Los Arcos (Navarra) el día 11 de octubre, tras la cual regresó a Logroño, para combatir, ahora, a las de don Basilio Antonio García en el puente de Logroño, el día 26 de ese mismo mes y año.
Las siguientes acciones que se reflejan en su Hoja de Servicios corresponden ya al año 1834 (fue reconocido como Subteniente de Infantería con fecha 4 de noviembre de este año), siendo la primera la que tuvo lugar el día 18 del mes de septiembre, en Villarcayo (Burgos). Que estuviese presente en este combate, nos permite deducir que formó parte de la expedición que dirigió otro de nuestros protagonistas, el Brigadier don Manuel Sanz y en la que formaban en puestos destacados otros de nuestros protagonistas, como el General don José de Mazarrasa, jefe de Estado Mayor y el Brigadier don Francisco Vivanco, segundo jefe. No podemos detenernos en el estudio de esta expedición, pero conociendo las unidades que la formaban, entendemos que se encontraría encuadrado el batallón de Infantería <<3º de Álava>>. También, según su Hoja, asistió a la que tuvo lugar durante los días 27 y 28 de octubre, en los campos de Vitoria (Álava). Y en el año 1835, en el bloqueo de Maestu (Álava), el 31 de enero; campos de Briñas (La Rioja), el 29 de junio; segundo sitio de Bilbao (Vizcaya); Salinas del Rosío (Burgos), el 4 de octubre; alrededores de San Sebastián (Guipúzcoa), el 24 de noviembre…
En el resto de la documentación existente en su Expediente, encontramos otros datos interesantes, por ejemplo que entre la documentación presentada para la revalidación de sus empleos y grados, se encontraba el Real Despacho firmado por don Carlos en Amurrio (Álava), el día 1 de diciembre de 1837, del grado de Teniente coronel de Infantería, en premio a su destacada actuación en la toma de Segovia el día 4 de agosto. Lo que nos permite saber que estuvo en la expedición de don Juan Antonio Zaratiegui, y además, según otra información recogida en dicho Expediente, que era Capitán del batallón de Infantería <<5º de Castilla>>. También consta que fue herido en la acción de Retuerta (Burgos) el día 7 de octubre, siendo hecho prisionero en el hospital establecido en la localidad de Santo Domingo de Silos (Burgos), siendo trasladado a Burgos y luego a Vitoria, desde donde fue canjeado en el mes de abril de 1838. A la conclusión de la guerra en el Norte, se encontraba encuadrado en el Cuerpo de Inválidos de Álava2.
Como Capitán, Teniente coronel graduado, el 11 de abril de 1840, solicitó su revalidación y licencia “ilimitada” para Logroño, pero como quiera, que no acreditó su empleo de Capitán de Infantería, inicialmente no se atendió a su solicitud. Conocemos otra instancia suya, fechada en Logroño el día 5 de noviembre de 1841, en la que hace referencia a la de 11 de abril y otras de 13 de enero y 31 de mayo de 1841, insistiendo en su petición. Ahora, aportaba justificante de su empleo, con el nombramiento de Capitán efectivo firmado por don Miguel Gómez, el día 9 de noviembre de 1836. Con lo que también sabemos que, había estado a sus órdenes en la expedición que recorrió España, del 26 de junio al 19 de diciembre de 1836, posiblemente como Teniente en el <<5º de Castilla>>. Obtendría así su revalidación, con fecha 28 de diciembre de 1842 y antigüedad del Convenio.
Quedó destinado en calidad de “supernumerario” en el regimiento <<Borbón>>, 17º de Infantería. El día 3 de enero de 1844, por “gracia general”, ascendía a 2º Comandante de Infantería, quedando en situación de “reemplazo” en Logroño. En el mes de marzo siguiente, recibió Orden para trasladarse al Depósito de Jefes y Oficiales, establecido en la localidad de Briviesca (Burgos), desde donde, con fecha 28 de junio de 1844, reclamaba el pago de su sueldo, que decía llevaba ocho meses sin cobrar. En esta situación se encontraba cuando recibió Orden, fechada el día 5 de agosto, comunicándole que quedaba en “expectativa de destino” y otra anunciándole que se encontraba “destituido” de sueldo, hasta que se le fijase por el Inspector General de Infantería. El motivo de tal decisión lo podemos encontrar en otro documento obrante en su Expediente, es un informe de la Comisión de Jefes de la Inspección General de Infantería, de fecha 1 de agosto de 1844, al Ministro de la Guerra, en el que se alude a un informe del Capitán general de Castilla la Vieja, en el que se decía que:
“…el interesado tiene 46 años de edad, que quedó de reemplazo por ser supernumerario; que tiene robustez para la fatiga, poca capacidad y regular aplicación, y carece de instrucción de ordenanza, táctica, contabilidad y gobierno interior económico, porque no ha estudiado sus obligaciones hasta su ingreso en el depósito; que es de buena conducta y de estado casado, y le considera sin aptitud para ser colocado en el Ejército hasta que adquiera más instrucción…”.
En base a lo cual Comisión concluía que:
“…atendiendo a su poca capacidad ya no pasar de regular su aplicación, pues que si fuere mucha podría esperarse adquiriese pronto la instrucción conveniente para continuar con utilidad en la Carrera, considerando también que nada ha adelantado en el tiempo que estuvo agregado al Regimiento de Borbón, como el que su edad no es ya la más a propósito para dedicarse a los estudios; todas estas circunstancias me hacen inclinar el animo a V.E. para que le declare no apto para el reemplazo, y que se le expida su Licencia Absoluta o lo que le corresponda por Reglamento y Ordenes vigentes…”.
Pasó entonces a residir nuevamente en su ciudad, desde donde, con fechas 27 de agosto, 25 de septiembre y 16 de diciembre de 1844, insistía en lo penoso de su situación.
Por fin con fecha 24 de mayo de 1845, se le concedió el “retiro” definitivo, con residencia en Logroño, señalándose el sueldo correspondiente. Circunstancia para la que fue determinante en poder acreditar su “inutilidad”, a consecuencia de la herida recibida de disparo de fusil, “en el tercio inferior de la tibia derecha”, habiéndole quedado esa pierna anquilosada. En su Expediente existen dos documentos al respecto: Uno de 13 de marzo de 1845 de la Inspección e Medicina y Cirugía, dictaminando dicha inutilidad. Decía concretamente el responsable de dicho Servicio: “…soy de la opinión que el oficial Apellániz se halla inútil para el servicio de las armas a causa de la herida que recibió en campaña”. Y otro posterior, de la Sección de Retiros del Ministerio de la Guerra, en la que se hace una relación de las circunstancias de nuestro protagonista, concluyendo igualmente su informe al Tribunal Superior del Ministerio de Guerra y Marina que: “…el oficial Apellániz se halla inútil para el servicio de las armas a causa de la herida que recibió en campaña, y que sin necesidad de un nuevo reconocimiento, se puede manifestar así el Tribunal”.
El siguiente dato que conocemos es que, el día 13 de julio de 1857, se le dio licencia para contraer matrimonio con doña Segunda Pérez Calvo, entendemos que en segundas nupcias, pues anteriormente había acreditado estar casado y ser padre de cinco hijos. Y finalmente que, doña Segunda instó expediente de pensión de viudedad, el día 11 de agosto de 1874, por lo que deducimos que don Juan fallecería, en Logroño, en los primeros días de ese mes de agosto o en el de julio de ese año de 1874.
1 .- Archivo General Militar de Segovia.

2 .- Aparece en el listado que de la División de Castilla facilitó Maroto (Archivo General Militar de Madrid. Sección Guerras Carlistas. Rollo 5, carpeta 17) y en la “Relación de Jefes y Oficiales procedentes del Convenio de Vergara revalidados en sus empleos” (Archivo General Militar de Madrid. Sección Guerras Carlistas. Rollo 5, carpeta 45).

domingo, 19 de diciembre de 2010

Don Pascual ANTÓN PIÉROLA

Hijo de Miguel y Jerónima, nació en León el día 17 de mayo de 18011.
En su Hoja de Servicios, se certifica que entró a servir en el Ejército en la clase de Cadete en el regimiento de Infantería <<Inmemorial del Rey>> el día 27 de julio de 1817, por solicitud de su padre don Miguel, zamorano y Teniente coronel, graduado de Coronel, destinado en la Plana Mayor de Valladolid. En dicho regimiento sirvió don Pascual, hasta finales del mes de febrero de 1821, pasando a continuación destinado al de <<Granada>> en el que estuvo hasta el día 6 de abril de 1823.
En esa fecha, se fugó para dirigirse a Burgos, en donde se presentó el 12 de abril, para unirse a las filas realistas que combatían contra las tropas constitucionales, primero encuadrado como Subteniente en el batallón de <<Fernando VII>>, en el que ya estuvo don Faustino Achútegui y en el que prestó servicio hasta 15 de mayo, cuando fue destinado a la compañía <<Guías del General O’Donnell>> en el que permaneció hasta finales de septiembre de ese año de 1823. Combatió en la acción de Bocacara. Salamanca (27 de junio de 1823), que le valió un Escudo de Distinción y en el bloqueo y rendición de Ciudad-Rodrigo.
Pasó luego al batallón ligero de la <<Reina Amalia>>, en el que estuvo destinado hasta finales de octubre de 1824, habiendo sido reconocido como Subteniente de Infantería, con antigüedad de 9 de agosto de 1824, por Real Orden de 18 de abril de 1826, en la que también se le concedía el Escudo de la Fidelidad Militar. Con dicho empleo, el 1 de noviembre de 1824, pasó al regimiento de Infantería del <<Príncipe>> 3º de Línea, en el que se encontraba a principios del año 1833, cuando con fecha 4 de enero, solicitó “destino fijo en las dependencias de la Real Hacienda militar, proporcionado a su clase, para poder atender a su subsistencia y a la de sus ancianos padres”. Sabemos que el informe que acompañaba a su solicitud era favorable, pero sin que tengamos constancia de si se llegó a acceder a su demanda.
No tenemos constancia de cuando se unió a don Carlos, pero figura como Capitán de Infantería, Teniente coronel graduado en la “Relación” de jefes y oficiales revalidados tras el Convenio de Vergara2. Para dicha revalidación, obtenida el 4 de septiembre de 1841, con antigüedad de la fecha del Convenio, presentó despachos de Capitán de Infantería y grado de Teniente coronel, con antigüedad de 24 de enero de 1837. En su instancia, de fecha 24 de abril de 1840, aparece una “nota” de 8 de mayo de ese año, de que se le considera acreedor a dicha revalidación. Dicen los citados Despachos, firmados por don Carlos en Elorrio (Vizcaya), el 18 de octubre de 1838, tras los títulos del firmante:
POR CUANTO en consideración a los meritos y servicios de Vos Don Pascual Antón, Teniente del Batallón de Guías de Burgos, he venido en nombraros Capitán de Infantería con antigüedad de veinticuatro de Enero del año próximo pasado, como comprendido en Mis Soberanas Resoluciones de veinticinco del expresado mes de Enero y catorce de Octubre del citado año” y
POR CUANTO en consideración a los méritos y servicios de Vos Don Pascual Antón, Capitán de Infantería he venido en concederos grado de Teniente Coronel en la misma Arma con antigüedad de veinticuatro de Enero del año próximo pasado como comprendido en Mis Soberanas Resoluciones de veinticinco del expresado mes de Enero y catorce de Octubre del citado año”.
También consta en su Expediente una “nota”, fechada en Estella (Navarra), el día 28 de enero de 1840, en la que se consigna que don Pascual entró herido, el día 5 de agosto de 1839 en el hospital de Irache (Navarra), a la que se acompaña un escrito firmado en Pamplona, el 3 de febrero de 1840, por el Mariscal de campo don José Antonio Goñi, en el que se lee:
Certifico que el Teniente Coronel Don Pascual Antón Capitán del Batallón 1º de Cantabria del disuelto Ejército Vasco-navarro ha permanecido en el Hospital Militar de Irache y en el de Estella curándose de sus heridas desde antes del Convenio de Vergara hasta últimos de Enero del corriente año; y no habiendo presentado oportunamente los correspondientes documentos para obtener la revalidación de sus empleos por ignorar la orden que al efecto se comunicó según relación del mismo, no fue incluido en las relaciones de SS. Jefes y oficiales de dicha procedencia que formé y remití al Excmo. Sr. Teniente General D. Rafael Maroto con el objeto indicado. Y para que así lo pueda hacer constar el interesado doy la presente a su instancia en la Plaza de Pamplona a tres de Febrero de mil ochocientos cuarenta”.
Sabemos pues que había sido Teniente del batallón de <<Guías de Burgos>> y luego Capitán del batallón de Infantería <<1º de Cantabria>>.
Estas informaciones son las que nos permiten aventurar que, debió prestar servicio, prácticamente desde su incorporación, en la División de Castilla y que posiblemente participó, y más probablemente aún que se unió a la expedición dirigida por don Juan Antonio Zaratiegui, tal vez, desde Valladolid. También que, además de otras acciones en el Norte, debió participar en la batalla de Ramales y pérdida del fuerte de Guadarmino (Cantabria), acciones que se desarrollaron durante los meses de abril y mayo del año 1839 y que marcan el principio del final de la guerra3, y seguramente en los últimos enfrentamientos de la guerra en el Norte, probablemente en Navarra, en las que resultaría herido.
Es minuciosa su Hoja de Servicios, en cuanto su historial posterior. Sabemos por ella que, salió del hospital de Estella el día 27 de enero de 1840, pasando a la plaza de Pamplona, donde se le dio pasaporte para pasar a Madrid, lo que hizo el día 2 de febrero, siendo destinado allí, con fecha 1 de junio y en calidad de “supernumerario” al tercer batallón del regimiento de Infantería de la <<Reina>>, 2º de Línea. Se encontraba en ese destino, cuando en instancia fechada en Lucena del Cid (Castellón) el 29 de diciembre de 1840, solicitó pasar a prestar servicio en las Islas Filipinas, petición que, con fecha 29 de marzo de 1841, le fue denegada.
Poco después, el 27 de abril de ese mismo año, le fueron revalidados el empleo de Capitán y el grado de Teniente coronel de Infantería. Con fecha 24 de junio, también de ese año de 1841, su batallón recibió orden de embarcar para Mallorca, excepto los oficiales “supernumerarios”, que pasaron el regimiento de <<Saboya>>, 6º de Línea, incorporándose don Pascual al mismo, en su tercer batallón el día 1 de agosto. En este destino, el día 4 de septiembre, recibió los Reales Despachos de su empleo y grado con antigüedad de la fecha del Convenio de Vergara.
Seguía en el regimiento de <<Saboya>> cuando ascendió a 2º Comandante de Infantería, el día 21 de agosto de 1843, “por gracia general”, en virtud de lo establecido en el Real Decreto de 11 de julio de ese año, tras el pronunciamiento general que había derribado el gobierno del General Espartero.
El día 27 de septiembre de 1843, pasó a la situación de “reemplazo” con residencia en la ciudad de Tarragona, donde se presentó el día 1 de noviembre. Allí desempeñaría diversas comisiones, entre otras la de Fiscal de la Comandancia General y Comandante de la Caja de “quintos”. Allí se encontraba cuando recibió el Despacho de su empleo por Orden de 14 de octubre de 1846.
Se encontraba en Barcelona cuando falleció el día 18 de enero de 1847.
1 .- Expediente Personal. Archivo General Militar de Segovia.

2 .- Archivo General Militar de Madrid. Sección Guerras Carlistas. Rollo 5, carpeta 45.

3 .- Es mucho, relativamente hablando, lo que se ha escrito sobre esta fase de la contienda en general y sobre estos hechos en concreto, pero entendemos que es de interés señalar el artículo que publicó otro de nuestros protagonistas, don Emilio Herrera Alonso en la revista Altamira: “La batalla de Ramales. Abril-Mayo, 1839” en Altamira. Revista del Centro de Estudios Montañeses. Diputación Provincial de Cantabria / Institución Cultural de Cantabria / C.S.I.C., Santander, 1976/1977 (Tomo XL, pp. 369-385)

martes, 30 de noviembre de 2010

Don Secundino ANGULO LUENGAS

Nació en la villa de Treviana (La Rioja), el día 19 de mayo de 1810, hijo de don Francisco López de Angulo y doña Ramona Luengas1.
El día 9 de enero de 1828, es decir, cuando todavía no había cumplido los 18 años, entró a servir en el 4º regimiento de Granaderos de la Guardia Real de Infantería, prestando servicio en Madrid y Reales Sitios de Aranjuez y San Ildefonso, para pasar de guarnición a Zaragoza durante el año 1829 y a Barcelona durante los años 1830 y 1831 y regresar luego a Madrid, donde se encontraba destinado cuando acaeció la muerte de Fernando VII. Durante ese tiempo había ascendido a Cabo 2º (1 de marzo de 1828), Cabo 1º (1 de julio de 1828) y Sargento 2º (1 de marzo de 1831).
Fue por tanto, uno de los que salió de Madrid para unirse a las tropas levantadas a favor de don Carlos, constándole haber sido reconocido como Alférez de Caballería el día de su presentación, el 16 de octubre de 1833. Nada detalla su Hoja de Servicios sobre participación en aquella campaña, pero por su origen y fecha en la que se incorporó, se puede deducir que debió incorporarse a las tropas que lideraba don Jerónimo Merino, siguiendo seguramente su suerte, al menos, durante los primeros días de la guerra. También sabemos que formaba en la división de Castilla al final de la contienda2 y que tenía la Cruz de Villar de los Navarros, es decir, que como muchos otros castellanos había estado en la Expedición Real. Había obtenido el empleo de Teniente con fecha 2 de diciembre de 1836 y el grado de Capitán, con la de 24 de agosto de 1837.
Se acogió a los beneficios del Convenio de Vergara, aunque no figura en el primer listado de revalidados. Pasó destinado como Teniente de Caballería “supernumerario” al regimiento de Caballería <<Guías del general>>, desde donde solicitó que se le revalidase el empleo de Capitán y la Cruz de Villar de los Navarros, aclarando que no había llegado a recibir Real Despacho de dicho empleo por haber sucedido el Convenio. La Junta General de Inspectores, firmaba el día 6 de febrero de 1841, un informe en el que se decía: “… Este interesado no acompaña documento alguno para acreditar que en las filas del Pretendiente hubiese obtenido el empleo de Capitán de Caballería que pretende revalidar, y cuyo despacho, dice él mismo, no llegó a recibir por efecto del convenio, y sólo apela en razón de dicho (empleo) a las listas presentadas por el General D. Rafael Maroto. Presenta original el Despacho de grado de Capitán y el Diploma de la Cruz de Villar de los Navarros…” y recomendaba que tan sólo se le reconociese el empleo de Teniente de Caballería y grado de Capitán, como únicos que acreditaba documentalmente, entendiendo además que la Cruz de Villar de los Navarros no se encontraba comprendida en las disposiciones al respecto. Con fecha 11 de marzo de 1843, cuando se encontraba prestando servicio en Madrid, en el regimiento de Caballería <<Lusitania>>, se haría efectiva dicha revalidación con antigüedad de la fecha del Convenio.
Es bastante prolija su Hoja de Servicios a partir de esta fecha, en cuanto a destinos y situaciones administrativas. Señalaremos que, encontrándose en Valencia, ascendió a Capitán, el 21 de agosto de 1843, pasando a situación de “reemplazo” a finales del mes de septiembre de 1844, hasta que, con fecha, 26 de abril de 1845, fue designado Ayudante Mayor en el regimiento de <<Pavía>>, 7º de Lanceros. Pasó por Aranjuez, Madrid, Alcalá de Henares, Zaragoza y Pamplona. Por Orden de 21 de octubre de 1847, “se le colocó en el turno de elecciones –para ascenso-, por los servicios prestados en el Establecimiento Central de Instrucción”.
El día 12 de febrero de 1848, “por disposición del Excmo. Sr. Director General del Arma, pasó a sus inmediatas órdenes” en Madrid, destino en el que permaneció hasta que el día 6 de mayo de ese año, pasó a mandar las fuerzas de su regimiento destinadas en el Depósito de Instrucción de potros establecido en Ciudad Real. El día 30 de junio de ese año de 1848, pasó destinado al regimiento de <<Bailén>>, con el que prestó servicio en Alcalá de Henares, donde, a partir del 28 de febrero del año siguiente, pasó nuevamente al Establecimiento Central de Instrucción, en el que permanecería durante dos años.
Con el regimiento <<Numancia>>, al que pasó a primeros del mes de marzo de 1851, prestó servicio en Ciudad Real, Vicálvaro, Madrid, Barcelona, Villafranca del Penedés, Tarragona, Reus… Tuvo una destacada actuación en los sucesos ocurridos en Barcelona durante los días 18 al 22 de julio de 18563, que le valió la Encomienda de la Orden de Carlos III, por Orden de 28 de ese mismo mes y año. Los años siguientes los pasaría en Barcelona.
El día 1 de enero de 1860 pasaría a Valencia, donde permanecería hasta el 12 de abril. Madrid y Alcalá de Henares, fueron sus siguientes destinos, hasta que, con fecha 31 de octubre de 1863, fue destinado al regimiento de <<Cazadores de Alcántara>>, 16º de Caballería, “en clase de Teniente coronel según Real orden de 30 del mismo”, aunque para pasar tan sólo 14 días, pues en el mes de noviembre se le daba de alta en el regimiento de <<Lanceros de Numancia>>, en el que ya había prestado servicio. Madrid, Alcalá de Henares y Ocaña, fueron sus lugares de residencia, hasta que el día 1 de enero de 1865, salió para Burgos.
En la capital burgalesa, recibió orden de incorporarse a la Dirección General del Arma de Caballería, en Madrid, destino del que se hizo cargo a finales de abril de 1866 y desde el que solicitó el “retiro” a finales de febrero del año siguiente, 1867. Era Teniente coronel de Caballería desde el 7 de noviembre de 1863.
Apenas disfrutaba de su retiro, cuando falleció en 1867. No tenemos la fecha exacta de su óbito, que creemos que tuvo lugar en Burgos, pero sí, que doña María Teresa Clemente, con quien había contraído matrimonio en 1842, presentaba un escrito en relación con su pensión de viudedad, el día 7 de diciembre de 1867.
Señalaremos que independientemente de sus destinos, desempeñó diversas comisiones: Instrucción de “quintos” en el año 1843; instrucción y doma de potros en 1844, cometidos ambos, que volvió a desempeñar en 1846 y 1847; otra vez fue encargado de la instrucción de “quintos” en 1851; también fue Capitán cajero en 1852; recluta de hombres e instrucción y doma de potros en 1853 y 1854; fue Jefe del Detall4 en 1855 y 1856; en 1857, Encargado de la Academia de Jefes y Oficiales; de 1858 a 1861, nuevamente fue responsable de la instrucción de “quintos” y doma de potros, y 1862, otra vez Jefe del Detall.
Además de haber sido nombrado Comendador de la Real y Distinguida Orden de Carlos III, se encontraba en posesión de la de Isabel la Católica (23 de mayo de 1852) y de la de San Hermenegildo (12 de junio de 1857 con antigüedad de 9 de enero de 1853), y en su Hoja de Servicios se puede leer: Valor: Acreditado, Aplicación: Mucha, Capacidad y Conducta: Buena
1 .- Expediente Personal. Archivo General Militar de Segovia. En su Hoja de Servicios, no se lee con claridad el nombre de su población de origen, pareciendo leerse Triosana (Burgos), pero como quiera que no existe en la citada provincia, ni en parte alguna de España, una población que se denomine Triosana, hemos deducido que podía ser la de Treviana, situado en el epicentro del Carlismo castellano de la época, que si bien en la actualidad pertenece a La Rioja, en el momento del nacimiento de don Secundino, pertenecía a la de Burgos.

2 .- Aparece en el listado que de dicha División facilitó Maroto (Archivo General Militar de Madrid. Sección Guerras Carlistas. Rollo 5, carpeta 17).

3 .- Tras la caída de Espartero, se produjeron disturbios, en su apoyo, en varias ciudades, tal vez los más importantes en Barcelona, donde revoltosos y Milicia Nacional, tomaron varios puntos estratégicos de la ciudad, reforzados luego con gentes que acuden de los contornos. Las fuerzas fieles al Gobierno, también reciben refuerzos de Baleares. En la mañana del día 21, el General don Juan de Villalonga efectúa un ataque general contra los pronunciados, con un resultado final de más de 500 bajas, entre muertos y heridos, por ambas partes.

4 .- Se denomina “Detall” a la oficina existente en todos los cuerpos y unidades, encargada de la contabilidad, cuya misión fundamental es el control de la caja, habilitación, almacén…

domingo, 14 de noviembre de 2010

Don Isidro de ANDRÉS GUTIÉRREZ

Hijo de Matías e Isabel, nació en la localidad de Avellanosa de Muñó (Burgos), perteneciente al partido judicial de Lerma, el día 14 de mayo de 18061.
Era paisano cuando se unió a las tropas legitimistas, desde su pueblo, el día 20 de octubre de 1833. Tras la dispersión del Ejército Real de Castilla la Vieja, después de la jornada del 13 de noviembre en Villafranca de Montes de Oca (Burgos), regresó a su pueblo, del que volvería a salir, para unirse nuevamente a las tropas carlistas, el día 4 de septiembre de 1834, quedando en filas con el empleo de Sargento 2º de Caballería. Nada sabemos de sus destinos y peripecia entre las tropas de don Carlos, tan sólo que con fecha 10 de marzo de 1835, ascendió a Sargento 1º; que se le dio el grado de Alférez el 19 de mayo de 1836 y ascendió a ese empleo el 12 de abril de 1838 y a Teniente el 21 de diciembre de 1838.
Se acogió al Convenio de Vergara2. Su primer destino tras la contienda civil, por Orden de 20 de febrero de 1840, fue el regimiento de Caballería <<Guías del General>> (Espartero), que después recuperó su inicial de <<Montesa>>, desde el que solicitó, con fecha 17 de marzo de ese año, la revalidación de su empleo, lo que en principio no se le concedió por falta de documentación acreditativa del mismo. Se encontraba en situación de “supernumerario” en el citado regimiento de Caballería, cuando con fecha 19 de noviembre de 1842, solicitó nuevamente se le revalidase su empleo, constando que ahora, presentaba Real Despacho de don Carlos, de 17 de septiembre de 1838, en el que se le concedía la graduación de Teniente de Caballería, con antigüedad de 20 de junio de ese mismo año, recibiendo Despacho de su empleo de Teniente de Caballería, con fecha 24 de septiembre de 1843. Antes, el 10 de julio de ese año de 1843, había solicitado la licencia absoluta, que no se le concedió.
Por Orden de 31 de enero de 1844, se le concedió el grado de Capitán de Caballería, en recompensa a los servicios prestados, durante el pronunciamiento que desencadenó la caída del general Espartero, con antigüedad de 21 de agosto de 1843. No podemos seguir paso a paso todos sus destinos en este periodo, detallados minuciosamente en su Hoja de Servicios, pero sí debemos destacar que, participó “en el bloqueo, operaciones y sitio de las Plazas de Alicante y Cartagena”, sublevadas el día 1 de febrero de 1844, aprovechando las medidas “reaccionarias” del nuevo jefe de Gobierno don Luis González Bravo, desde el 2 de febrero al 4 de abril. Que, ese mismo mes y año, participó en la campaña contra los carlistas levantados en el Maestrazgo. Y que también combatió a los carlistas en Cataluña, durante la 2º Guerra (1846-49), mereciendo por ello la Cruz de 1ª clase de Real y Militar Orden de San Fernando. Había perseguido activamente a las partidas carlistas, sobre todo en la provincia de Lérida y había combatido, según su Hoja de Servicios, en Torms. Lérida (11 de octubre de 1848); ¿Los Boiros? (29 de octubre de 1848); Puebla de las Correas de Tremp. Lérida (3 de noviembre de 1848), y San Jordi Desvalls. Gerona (8 de noviembre de 1848).
Al final de aquella contienda permaneció en Cataluña, para pasar el día 20 de mayo de 1849 a Madrid, marchando el 4 de julio de ese mismo año al Real Sitio de Aranjuez. Allí se encontraba cuando tuvo la desagradable noticia, de que, con fecha 4 de octubre, se le había abierto una “Sumaria”, por haber faltado en la Caja del regimiento una cierta cantidad, cuya carencia se atribuía a la compra de prendas de vestir para el regimiento, no debidamente justificada, mientras éste se encontraba en Lérida, siendo don Isidro, el responsable de tales compras y por tanto de la deuda. Tras las investigaciones realizadas, el Fiscal determinó que el descubierto podía “proceder de no haberse llevado una formal y exacta contabilidad”, dictaminándose finalmente, con fecha 23 de noviembre, simplemente, que se le retuviese “la 3ª parte de su paga hasta extinguir los 2.528 reales y 12 maravedís liquida deuda que le resultó, encargándole muy particularmente que en lo sucesivo trate de desempeñar con el mayor celo las comisiones que se le confíen para no dar lugar a la formación de esta clase de procedimientos”. Siguió pues, con toda normalidad su servicio en Aranjuez, donde permaneció hasta el día 2 de julio de 1850, cuando regresó a Madrid, donde volvió a prestar servicio hasta el día 20 de febrero de 1851, que fue destinado a Ocaña (Toledo), desde donde pasó, el día 2 de septiembre de 1853 a prestar servicio en Aragón.
A finales del mes de marzo del año 1854, nada más haber recibido el empleo de Capitán (22 de marzo), por los méritos contraídos combatiendo en Zaragoza, el día 20 de febrero, a los sublevados del regimiento de Infantería de <<Córdoba>>, causó baja en el 13º regimiento de Caballería de <<Montesa>>, en el que había servido durante más de 14 años, por habérsele concedido por Orden de día 22, el de su ascenso, el pase a la situación de “reemplazo”. El 31 de mayo de ese mismo año, fue destinado, en la misma situación administrativa, al regimiento de Lanceros <<España>> 9º de Caballería y residencia en Valladolid, donde, con fecha 7 de octubre y antigüedad de 20 de julio, se le concedió el grado de Comandante.
Allí, en Valladolid, sería uno de los actores de un interesante episodio de la historia del Carlismo. El intento de sublevación de la plaza, sede de la Capitanía General de Castilla la Vieja, que en 1855 encabezó otro de nuestros protagonistas, don Epifanio Carrión, secundado precisamente por don Isidro Andrés; el también Capitán de Caballería, don Francisco Alonso Argüelles; el Teniente, graduado de Capitán del escuadrón de <<Cazadores de Castilla>>, don León Arenzana, también protagonista de este trabajo, además de otros comprometidos, militares y paisanos. En el Expediente estudiado, se conserva la sentencia dictada por el Consejo de Guerra celebrado en Valladolid, el día 2 de junio de 1855, ratificada por el Ministerio de la Guerra, con fecha 7 de abril de 1856. Por ella, sabemos que don Isidro Andrés, fue absuelto. Dice dicha sentencia respecto de él:
“ …y asimismo que se absuelva al Comandante graduado Capitán Don Isidro Andrés, al Capitán de reemplazo Don Francisco Alonso Argüelles, al soldado del regimiento de España Antonio Mateo, y a los paisanos Don Luis García y Don Zenón Sánchez, poniéndoles en libertad sin que les perjudique lo actuado en este proceso, en su opinión y carrera”.
Aunque, por la documentación complementaria, también obrante en su Expediente, parece deducirse que tal absolución, aunque no conste en la sentencia mencionada, debió producirse por falta de pruebas, pues parece claro que no se fiaban de él, pues fue sometido a vigilancia.
Pasaría destinado, mientras se sustanciaba la Causa antes reseñada, a la ciudad de Ávila, desde donde solicitó autorización para residir en Lerma (Burgos), el día 26 de mayo de 1857. Y en esa ciudad burgalesa se encontraba destinado, cuando se sintió enfermo, por lo que se trasladó a Burgos, donde fallecería el día 23 de agosto de 1857.
Entendemos que para terminar, es interesante reseñar el juicio que sobre él, emitió la Junta de Jefes del regimiento de Caballería donde se encontraba destinado, en el mes de enero de 1843: “robusto, ágil á pie y á caballo, de mediana instrucción y aplicación, desempeña regularmente su empleo con tino y firmeza en el mando, afición á la carrera y buena conducta…”. Estaba casado.
1 .- Expediente Personal. Archivo General Militar de Segovia (en él consta su partida de Bautismo).

2 .- Aparece en el listado que de la División de Castilla facilitó Maroto (Archivo General Militar de Madrid. Sección Guerras Carlistas. Rollo 5, carpeta 17) y en la “Relación de Jefes y Oficiales procedentes del Convenio de Vergara revalidados en sus empleos” (Archivo General Militar de Madrid. Sección Guerras Carlistas. Rollo 5, carpeta 45).

martes, 9 de noviembre de 2010

Don Pedro Pantaleón ANDIVIDRIA PÉREZ

Consta en su Hoja de Servicios1 que nació en la localidad burgalesa de Oña, antigua ciudad condal, sede del monasterio de San Salvador de Oña, panteón de reyes, infantes y condes, el día 27 de julio de 1788, hijo de Joaquín y Felipa2.
Conocemos que se incorporó como Soldado a las tropas españolas que luchaban contra el invasor, el día 5 de septiembre de 1809. Consta también en su Hoja de Servicios que asistió a las acciones de: Venta de “la Melchora”, en Cabezón de la Sal (Cantabria), camino de Vitoria, el día 25 de enero de 1810, en la que resultó herido; Peña de Orduña (Vizcaya), el 26 de octubre de ese mismo año; Areta (Álava), el 27 de agosto de 1812; Zornoza (Vizcaya), el 29 de agosto, también de 1812 y “en las demás que ha tenido su primitivo cuerpo desde que se presentó en él”, dice también dicha Hoja. Y el Cuerpo al que se refiere era el regimiento de Caballería <<Húsares de Iberia>>, en el que ascendió a Cabo 1º (12 de julio de 1810), Sargento 1º (2 de enero de 1812) y Alférez de Caballería (15 de julio de 1812), empleo con el que, el día 30 de abril de 1819, solicitó el “retiro”, que se le concedió con fecha 7 de septiembre de ese año.
Se encontraba en su pueblo natal3, disfrutando de dicho “retiro”, cuando, según sus propias informaciones, a pesar de encontrarse imposibilitado “de resultas de las heridas recibidas en la Guerra de la Independencia” salió, dejando a su mujer y cuatro hijos, para unirse a “Cuevillas”, el día 5 de marzo de 1822, aunque oficialmente le consta el día 16 de febrero de 1823, informaciones que no son contradictorias, pues entendemos que la primera fecha puede referirse a contactos y conspiraciones y la segunda a su incorporación oficial, que no impide tampoco alguna salida anterior, aunque con regreso a su casa. El caso es que, en aquella Campaña, alistado en los Lanceros de <<La Rioja>>, le consta haber asistido a las acciones de La Cabada. Cantabria (27 de marzo de 1823) y Los Fornos. Asturias (19 de marzo de 1823), en la que “se portó con honor”. El 26 de abril de 1824, sería nombrado Teniente y 2º Ayudante del regimiento Lanceros del <<Rey>> por don Ignacio Alonso-Cuevillas “menor”, que se titulaba Comandante General de la División de Rioja y Merindades de Castilla. Pasaría luego al regimiento titulado <<Cazadores de la Reina Amalia>> y por último al de <<Albuera>> 5º de Ligeros.
El día 1 de septiembre de 1824, acogiéndose al artículo 15 del Real Decreto de 9 de agosto de ese año, volvió a solicitar el “retiro” para Oña con el aumento de sueldo que se considerase oportuno por sus nuevos servicios. En su instancia, también reclamaba que se le reconociese su nuevo empleo y el grado de Capitán, de acuerdo al artículo 4 del anterior Real Decreto y el Diploma de la Condecoración, prevenida para su caso en el artículo 11 del mismo Real Decreto. Acompañando a su petición, copias de los Real Despachos de sus empleos y Hoja de Servicios.
En el informe que se añadió a su instancia, se hacía constar que además, el día 18 de enero de ese año de 1824, había solicitado la Administración de las salinas de Poza de la Sal o la Comandancia del Resguardo de las mismas, petición todavía sin resolver. La inmediata resolución que se tomó, fue de 14 de ese mismo mes de septiembre, para disponer que, habiendo hecho varias peticiones en una misma instancia, se le devolviese y rehiciese, haciendo sus peticiones por separado. Inmediatamente lo hizo Andividria, y con fecha 18, presentaba una nueva instancia reduciendo su petición a su “retiro” a Oña, con el aumento de sueldo que se estimase conveniente. Esta nueva solicitud se remitió a la Junta de Clasificación, el día 20.
El 27 de junio de 1825, imaginamos que preocupado por la falta de respuesta, volvió a solicitar su “retiro” en la villa de Oña, instancia que se cursó, el día 2 de julio, al Ministerio de la Guerra. La batalla por los derechos adquiridos, como la de tantos otros voluntarios del Altar y el Trono, se resolvía tarde y de forma claramente perjudicial para la mayoría. Reproducimos la que a nuestro personaje atañe, fechada en Madrid el día 10 de septiembre de 1826:
En conformidad con el Artº. 15 del Real Decreto de 9 de Agosto de 1824 que D. Pantaleón Andividria cita en su solicitud, no tiene derecho a otra gracia, que la del grado de Teniente con que ha sido restituido al retiro que disfrutaba cuando se unió a las tropas que defendían la integridad de la Religión y Derechos del Trono. Según también para ello el Artº. 30 del mismo Soberano Decreto por el que tienen retiro con sueldo los de primera época y opción a que se les aumente los que ya lo disfrutaban y se encuentran en ella misma y no en la 2ª como este interesado
Sin embargo, curiosamente, a pesar de este dictamen obrante en su Expediente Personal, en su Hoja de Servicios, parte del mismo, consta que por Real Orden de 25 de junio de 1825, fue clasificado como Teniente de Caballería “vivo y efectivo” con antigüedad de 26 de abril de 1823, además de concederle el Escudo de Fidelidad y Cruz de Segunda clase de la Fidelidad Militar. Contradicción tan sólo explicable, por la lentitud y diversidad de cauces, con que trabajaba la burocracia fernandina.
En cuanto al “retiro” solicitado, le fue finalmente concedido el 16 de julio de 1826, en calidad de “disperso” y con residencia en Orduña (Vizcaya), consiguiendo, tras solicitarlo nuevamente el día 2 de febrero de 1831, que finalmente se le autorizase a residir en Oña.
De Oña saldría para unirse a las tropas carlistas. En la documentación estudiada, constan los siguientes datos sobre su participación en la contienda: Que hallándose en Oña, retirado, como Teniente de Caballería, salió el día 15 de marzo de 1835, para unirse a don Carlos. Que recibió Despacho, firmado por don Carlos, en Amurrio (Álava), el 6 de noviembre de 1837, siendo Capitán, concediéndole el grado de Teniente coronel de Caballería, con antigüedad de 24 de agosto de ese año, por su destacada actuación en la batalla de Villar de los Navarros (Zaragoza) y que con fecha 15 de febrero de 1838, recibía la Cruz de distinción de la batalla de Oriamendi (Guipúzcoa). Información que tan sólo nos permite deducir que participó en la Expedición Real (18 de mayo a 26 de octubre de 1837) y que se encontraba entre los jinetes que encabezados por S.A.R. el Infante don Sebastián Gabriel, acudió para decidir la batalla de Oriamendi.
Se acogió al Convenio de Vergara4, pasando al depósito de Burgos, desde donde, con fecha 9 de diciembre de 1839, solicitó se le concediese la licencia absoluta y residencia en Oña, lo que le fue concedido el 21 de enero de 1840. Trató luego que se le revalidasen empleos y grados con arreglo al Decreto de la Presidencia de 5 de diciembre de 1840, lo que, en principio, no consiguió por haber realizado la petición fuera de plazo, pero que finalmente le fue concedido 27 de abril de 1843, siéndole revalidados su empleo de Capitán de Caballería con grado de Teniente coronel con la antigüedad de la fecha del Convenio, 31 de agosto de 1839.
El último dato que tenemos le sitúa en la villa de Oña, a finales del mes de abril de 1844, por lo que, entendiendo que seguramente ya no volvió a salir de su pueblo, consultamos nuevamente su archivo parroquial, pudiendo comprobar que efectivamente falleció en Oña el día 1 de marzo de 1855.
1 .- Expediente Personal. Archivo General Militar de Segovia.

2 .- Datos facilitados por la parroquia de San Salvador de Oña.

3 .- Aprovechamos para indicar que siempre que, se siempre que en una Hoja de Servicios, se aludía a un voluntario incorporado a las tropas realistas en la Campaña de 1821-23, se hacía constar su lugar de residencia o destino, el día 7 de marzo de 1820, cuando el Palacio Real de Madrid se vio rodeado de una muchedumbre que apoyando al sublevado Riego, determinó que Fernando VII, se viese obligado a jurar la Constitución de 1812.

4 .- Aparece en el listado que de la División de Castilla facilitó Maroto (Archivo General Militar de Madrid. Sección Guerras Carlistas. Rollo 5, carpeta 17) y en la “Relación de Jefes y Oficiales procedentes del Convenio de Vergara revalidados en sus empleos” (Archivo General Militar de Madrid. Sección Guerras Carlistas. Rollo 5, carpeta 45).

Don Hilario ALONSO-CUEVILLAS Y REMÓN

Hijo de Ignacio y Catalina, nació en Miranda de Ebro (Burgos) el día 13 de enero de 18011.
Por su Hoja de Servicios, sabemos que su vida militar se inició en plena Campaña Realista, el día 1 de junio de 1822, cuando fue designado Subteniente de Infantería, entre los voluntarios riojanos que combatían al régimen constitucional. Campaña que terminó como Capitán (4 de septiembre de 1822) con grado de Teniente coronel (12 de marzo de 1823).
Ascendido a 2º Comandante de Infantería (20 de agosto de 1824), fue mandado al batallón ligero de la <<Unión>>, después ligero de <<Barcelona>>, con destino en Cuba (llegó a La Habana el día 6 de febrero de 1825). En aquella isla permaneció hasta finales de mayo del año 1830, cuando se embarcó de regreso a la Península, donde desembarcó el día 17 de julio, siéndole concedida la licencia “ilimitada”. Durante esta época, se ofreció al Gobierno de Fernando VII, para combatir a los constitucionalistas acaudillados por Mina (Francisco Espoz y Mina), recibiendo las “gracias” y el grado de Coronel (8 de mayo de 1831), pero como quiera que no se le reintegró al servicio activo, solicitó pasar en la misma situación administrativa al Ejército de Cuba. Estuvo de guarnición en pueblo de Trinidad, hasta que en el mes de octubre de 1834, pasó a Puerto Rico, siempre en clase de “ilimitado” y en expectativa de “retiro”, según consta en su Hoja de Servicios, “por no inspirar confianza sus antecedentes al Capitán general de la Isla de Cuba”. A finales del mes de mayo de 1836, embarcó para la Península, considerándosele desde su llegada “ausente sin justificación”, hasta que con fecha 15 de enero de 1837, se constata su incorporación a las filas carlistas.
En éstas, se le reconoció, con fecha 10 de abril de 1837 el empleo de Coronel. Estuvo en la Expedición Real hasta que, se le ordenó regresar para reunir a todos los dispersos y heridos que habían quedado en Cataluña y llevarles hasta el Norte. En cumplimiento de esa orden, el día 29 de julio de ese año de 1837, dejaría la Expedición Real en Iglesuela del Cid (Teruel), para repasar el Ebro el día 5 de septiembre2. Figuraría luego en la expedición que mandó durante la primavera de 1838, don Ignacio de Negri, conde de Negri. Aunque tal vez, su actuación más destacada, es haber tenido el dudoso honor de estampar su firma en el Convenio de Vergara, como jefe de la División de Castilla, tras lo que pasó al depósito de Jefes y Oficiales de Burgos, cuyo mando desempeñó hasta su disolución, en el mes de octubre de 1842. El 17 de diciembre de 1843, se le revalidó el empleo de Coronel de Infantería con fecha del Convenio de Vergara (31 de agosto de 1839), quedando en situación de “reemplazo” en la ciudad de Burgos.
En dicha ciudad se encontraba cuando tuvieron lugar los sucesos que terminaron con la regencia de Espartero. El 9 de enero de 1844, se firmaba su ascenso a Brigadier de Infantería, con antigüedad de 30 de diciembre de 1843, por los méritos y servicios, “en particular a los que habéis contraído en la provincia de Burgos a favor del pronunciamiento nacional”. Permaneció, no obstante, en situación de “cuartel” en Burgos, hasta el día 18 de agosto de 1846, cuando fue nombrado Comandante general de Palencia, destino en el que tan sólo estuvo un mes, pues el 14 de septiembre, fue nombrado para igual puesto en Orense, puesto que desempeñó hasta el 18 de agosto de 1853, en que pasó nuevamente a la situación de “cuartel”. El 15 de febrero de 1854, fue designado Gobernador militar de la provincia de Orense, aunque el 27 de agosto de ese mismo año, nuevamente quedaba de “cuartel”. El 14 de noviembre de 1856, fue nombrado Gobernador militar de Jaca, puesto que no llegó a desempeñar pues le fue cambiado por el de la provincia Pontevedra y plaza de Vigo. El día 1 de julio de 1858, pasaría otra vez a la situación de “cuartel”.
Creemos que ya no volvería a desempeñar cargo alguno, pasando, años después y en esa misma situación, a la plaza de Orense, donde sabemos que estaba ya en el año 1863. El 3 de octubre de 1869, seguía de “cuartel” en Orense y por su actuación, en los sucesos allí acaecidos ese día, el 11 de diciembre de 1869, don Francisco Serrano, Regente, le concedió la Gran Cruz de la Orden del Mérito Militar. Entendemos dadas las fechas de las que hablamos, que su postura sería de apoyo a los generales revolucionarios. El 24 de junio de 1871, ya “exento” de servicio, se le nombraba Caballero Gran Cruz de la Orden Militar de San Hermenegildo. En Orense, ciudad a la que se encontraba ligado desde 1846 y en la que había contraído matrimonio con doña Mercedes Álvarez-Seara y García de Viniegra3, en 1848, fallecería, el día 12 de enero de 1881.
Para terminar no queremos dejar de apuntar que su hermano don Ignacio fue uno de los grandes protagonistas del primer carlismo castellano y que el padre de ambos, don Ignacio Alonso-Cuevillas y Zapatero, que nació en Cervera de Río Alhama el día 1 de febrero de 1764, y era Juez de Contrabando en la ciudad de Bilbao (Vizcaya), cuando esta se pronunció, el día 3 de octubre de 1833, por don Carlos. No nos cabe duda que estuvo al lado de los sublevados, aunque no quede constancia de su actuación, tal sólo sabemos que falleció a principios del mes de diciembre de 1835, siendo enterrado en el cementerio de Santurce (Vizcaya) el día 6 de ese mes de diciembre.
1 .- Expediente Personal. Archivo General Militar de Segovia.

2 .- Un relato detallado de esta expedición, se puede encontrar en la obra del padre Alberto Risco, Mil Hombres, Imprenta de Blass y Cía. Madrid, 1920, biografía de don Francisco de Paula Romero y Palomeque, pp. 143 a 167.

3 .- En su Expediente Personal, consta su Expediente Matrimonial.

sábado, 30 de octubre de 2010

Don Eugenio Regino y Don Juan Rosa AGUINACO LANDALUCE

Nació don Eugenio en Haro (La Rioja), el día 7 de septiembre de 18081.
En su Expediente Personal se conservan tanto su Hoja de Servicios en el Ejército regular, como en el Ejército carlista. Por ésta, sabemos que fue de los que se pronunciaron en Haro, siguiendo las órdenes de don Santos Ladrón de Cegama. Su nombre, y el de su hermano, están en la lista de los primeros sublevados que recibieron caballos y diversos pertrechos de la población, según una lista que se conserva en el archivo municipal de ese Ayuntamiento2. Y en su Hoja se dice que estuvo a las órdenes de don Santos, en Caballería, desde el día 7 de octubre de 1833, hasta que cayó prisionero, quedando entonces a las del Brigadier don Pedro Miranda. No cabe duda pues, que asistió a la acción de Los Arcos (Navarra) el viernes día 11 de octubre, donde el caudillo navarro fue derrotado y apresado, y que luego asistió a la acción de Puente Navarro, el día 9 de octubre, según dicha Hoja, que debe referirse a la acción del Puente de Logroño, en el camino a Navarra, por lo que puede que también se le conociese con ese nombre y en donde don Basilio Antonio García y don Pedro Fausto Miranda, fueron derrotados por don Manuel Lorenzo, que se adueñó de la capital riojana, el día 26 de octubre de ese año de 1833.
No obstante, las siguientes acciones que se apuntan, Castrogonzalo (Zamora) y Prádanos de Ojeda (Palencia), nos permiten conocer que fue uno de los jinetes que siguió a don Ignacio Alonso-Cuevillas, según su Hoja de Servicios, encuadrado en los <<Lanceros de Rioja>> y que tras la dispersión de las tropas castellanas, fue uno de los que siguió al jefe riojano cuando se dirigió a Portugal, y uno de los que regresó, siguiendo a don Santiago Villalobos, don Gabriel del Moral y don Francisco Vivanco, tras la acción del puente de Castrogonzalo sobre el río Esla, en la madrugada del día 3 de diciembre, siendo de los que se incorporó, seguramente con Vivanco, a las tropas del Norte. Y eso, a pesar de constar que permaneció en el escuadrón de <<Lanceros de Rioja>>, hasta el día 14 de diciembre, lo que nos induce a pensar que sería en esta fecha cuando, ya en el Norte, se disolvió este escuadrón. Así nos lo confirma, el que el resto de las acciones que recoge su Hoja, tuvieran lugar ya en Vascongadas y Navarra, formando desde el día 14 de diciembre, en el escuadrón de <<Álava>>, en el que permanecería hasta el día 8 de marzo de 1837.
Durante este periodo, se reseña que asistió a las acciones de Villanueva. Navarra (10 de abril de 1834); Venta de Echábarri. Navarra (21 de julio de 1834); Molino de Portilla. Álava (9 de septiembre de 1834); Villafranca. Navarra (1 de diciembre de 1834); Mendaza y Arquijas. Navarra (12 y 15 de diciembre de 1834); Arquijas. Navarra (5 de febrero de 1835); Lárraga. Navarra (8 de marzo de 1835); Arróniz. Navarra (29 de marzo de 1835); El Perdón. Navarra (5 de mayo de 1835); Operaciones del Primer sitio de Bilbao. Vizcaya (11 de junio de 1835); Olazagutia. Navarra (25 de junio de 1835); Gardélegui. Álava (20 de septiembre de 1835); Llanada de Vitoria. Álava (27 y 28 de octubre de 1835); Campos de Galarreta. Álava (24 y 25 de mayo de 1836); Sitio de Laguardia. Álava (14 de agosto de 1836); Alto de Roa, entre Ullibarri y Luco. Álava (28 de agosto de 1836); Segundo sitio de Bilbao. Vizcaya (25 a 27 de octubre de 1836); Tercer sitio de Bilbao. Vizcaya (5 de noviembre a 24 de diciembre de 1836), y a la etapa final de la batalla de Oriamendi. Guipúzcoa (16 de marzo de 1837), de la que tenía un Escudo de distinción. Esta última, según su Hoja de Servicios, formado parte ya del 3er escuadrón del 2º regimiento de <<Lanceros>>.
Con dicho regimiento asistiría a la Expedición Real (Estella. Navarra, 15 de mayo de 1837 – Arciniega. Vizcaya, 26 de octubre de 1837), participando en las batallas de Huesca, Barbastro, paso del Cinca, Guisona, Chiva, Villar de los Navarros, retirada de Alcalá de Henares, Arcos de la Cantera, y Retuerta.
También según su Hoja de Servicios, fue hecho prisionero el día 13 de noviembre de 1837. No consta, sin embargo, en que acción lo fue o que hubiese quedado herido en algún hospital de sangre ocasional, tras la retirada de los expedicionarios. Caben pues varias otras posibilidades, fundamentalmente, que fuese uno de los que quedó disperso tras las últimas batallas de la Expedición Real o de los que se quedaron en Castilla, a las órdenes del Brigadier don Miguel Manuel Marrón, pudiendo entonces caer prisionero en alguna de las escaramuzas que sostuvieron las fuerzas de éste, por esa época. Marrón, sería también hecho prisionero, aunque más tarde, el día 25 de marzo de 1838, y se encontraba, al final de la contienda, igual que nuestro protagonista, preso en El Ferrol, y fue uno de los Jefes que certificaron sus empleos y grados, cuando solicitó acogerse al Convenio de Vergara, lo que avalaría la última posibilidad apuntada. En el listado de los prisioneros que se hallaban en el depósito de El Ferrol (La Coruña), aparece don Eugenio como Teniente y perteneciente a la división de Castilla3.
El jefe que certificó su Hoja de Servicios carlista, con fecha 25 de marzo de 1843, fue el Coronel don Feliciano Tarín, quien además de reconocerle como Alférez de Caballería, señala que “por ser uno de los Alférez más antiguos del Cuerpo y que acompañaron al Señor Don Carlos en su expedición al interior en 1837, según la concesión del mencionado Príncipe fue propuesto para el grado de Teniente”.
Sabemos que tras acogerse al Convenio de Vergara, fue puesto en libertad el día 10 de febrero de 1840, cursando instancia, todavía desde El Ferrol, con fecha 12 de febrero de 1840, en la que se titulaba Teniente graduado de Capitán, del citado 3er escuadrón del 2º regimiento de <<Lanceros>>, y en la que tras exponer que “en el acto de ser hecho prisionero perdió sus despachos y demás documentos con que podía acreditar su expresado (empleo)”, suplica, constándole que el mismo depósito se hallaban el Brigadier don Miguel Manuel Marrón (que él llama Miguel María) y el Capitán don Manuel Rodríguez, se sirviesen ordenar que ellos los certificasen. Lo que haría, con fecha 13, como indicábamos, Marrón, y con fecha 15 del mismo mes, Rodríguez.
A la espera de revalidación, se le encuadró en el Arma de Caballería, como “excedente” y “licencia ilimitada” en San Vicente de la Sonsierra (La Rioja). Desde esa localidad y fecha 21 de febrero de 1844, cursó una nueva instancia, en la que explicaba que “aún cuando no había obtenido de Don Carlos mas Despacho que el de Alférez, le correspondía el empleo de Teniente con el grado d Capitán de Caballería con arreglo a una orden que dio el mismo Don Carlos en Hontoria el día 14 de Octubre de 1837, en la que se dice que concede un ascenso y un grado a los Subtenientes, Alféreces y Tenientes de primera época, contada desde 13 de Octubre de 1833…”, por lo que suplicaba se le revalidase el empleo de Teniente y grado de Capitán de Caballería. Acompañaba a dicha instancia copia del Real Despacho, firmado por don Carlos en Zúñiga, el día 9 de febrero de 1835, nombrándole Alférez de Caballería con antigüedad de 29 de marzo de 1834, así como de los pasaportes y certificados que se le facilitaron para poder pasar a San Vicente de la Sonsierra, en los que se le calificaba como Teniente y Capitán graduado de Caballería.
Sin embargo, por Orden de 5 de julio de 1844, se le revalidó el empleo de Alférez de Caballería, único empleo que pudo justificar documentalmente, con antigüedad de 31 de agosto de 1839, quedando en situación de “reemplazo” en el depósito de Jefes y Oficiales establecido en Briviesca (Burgos), hasta que el día 12 de agosto de ese año de 1844, fue destinado en clase de “supernumerario” el regimiento de Caballería de la <<Reina>>, 1º de Lanceros. El día 30 de junio de 1845, quedó en expectativa de destino en el Estado Mayor de Plazas, pasando con fecha 1 de septiembre, a desempeñar interinamente, el puesto de Ayudante 3º del castillo de Burgos, puesto que obtuvo en propiedad el 23 de marzo de 1849. A finales del mes de enero de 1850, sería destinado a ocupar igual plaza en el castillo de Olivenza (Badajoz), pasando, a finales de junio de 1853, a ocupar el puesto de 2º Ayudante en la plaza de Valencia, siendo ascendido, en consecuencia, al empleo de Teniente por Orden de 23 de ese mes. El 5 de diciembre de ese año, pasaría a desempeñar el mismo puesto en la plaza de Alcántara (Cáceres), siéndole concedido el grado de Capitán por Orden de 31 de octubre de 1854. El día 19 de marzo de 1855, se le dio de baja en dicho Cuerpo, quedando en situación de “excedente” y residencia en Alcántara.
El día 16 de junio de 1856, se reincorporó al servicio como 2º Ayudante de la plaza de Zamora, destino en el que estuvo hasta que, por Orden de 31 de marzo de 1863, pasó como Ayudante 1º a la plaza de Lérida, siendo ascendido al empleo de Capitán de Infantería. Cesó como tal, a finales de agosto de ese mismo año, en que pasó a la situación de “reemplazo” y residencia en Castilla la Vieja. Se encontraba en esta situación, cuando tuvo que cumplir la condena a la que había sido sentenciado por encuentro que tuvo con un superior, estando ocasionalmente en Zamora y que se calificó como “desacato”, entrando a verificarla en el castillo de Burgos, el día 8 de marzo de 1865, mes en el que, con fecha 27, se le dio la baja definitiva en el Ejército. Estaba en posesión de las Órdenes de Isabel la Católica y de San Hermenegildo.
No nos ha sido posible determinar dónde y cuándo falleció, aunque entendemos que pudo ser en Haro o en San Vicente de la Sonsierra, lógicamente después del mes de marzo de 1865.
Como curiosidad y para terminar, digamos que en su Expediente, consta una copia de su partida de Bautismo, que adjuntó a una instancia, para que le fuese cambiado el nombre que habitualmente constaba en toda su documentación, Regino, por el de Eugenio, demostrando que era ese su primer nombre.
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Su hermano, don Juan, nació en Haro (La Rioja) el día 29 de agosto de 17904.
La documentación obrante en su Expediente5, es muy breve, fundamentalmente dos documentos procedentes del campo carlista: un escrito firmado en Elorrio (Vizcaya) el día 25 de marzo de 1836, por don Luis de Villemur al General en Jefe del Ejército, con posterior traslado al Subinspector de Caballería y que trascribimos:
Excmo. Señor: = He dado cuenta al Rey N.S. de la instancia que elevó a Sus Reales manos el Comandante que fue de Voluntarios Realistas de Haro D. Juan Aguinaco, en solicitud de que se dignase confirmarle en el empleo de Capitán de la misma arma que le confirió en Octubre del año último de 1833 la Real Junta de Castilla y enterado S.M. de lo que V.E. informó en 29 de Febrero último y conforme con el dictamen de su Asesor Real a quien igualmente ha tenido a bien oír sobre esta exposición se ha dignado acceder a ella. Lo que comunico a V.E. de Real orden con inclusión del Real Despacho del interesado para los demás efectos consiguientes”
Solamente agregaremos que, en la documentación consultada por nosotros en su día, para determinar los comandantes de los diferentes batallones de Voluntarios Realistas de la región6, el puesto de Haro, aparecía como vacante, lo que no quiere decir que don Juan, lo ocupase de forma interina. Si está en la lista de sublevados en Haro, que recibieron caballos y pertrechos, según apuntamos al hablar de su hermano.
El otro documento, está firmado en Tolosa (Guipúzcoa), el día 1 de mayo de 1837, por don Joaquín Elío y dirigido al Jefe del Estado Mayor del Ejército, dice:
Excmo. Señor: = El Excmo. Señor Secretario de Estado y del Despacho de la Guerra con fecha 26 de Abril último me dice lo siguiente: = El Rey N.S. se ha dignado acceder a la instancia en que el Capitán de Caballería Don Juan Aguinaco solicita su pase a Inválidos. Y los digo a V.E. de Real orden, para que lo eleve a conocimiento de S.A.R. a los efectos consiguientes en mérito a su oficio de 3 del próximo pasado. = Lo que traslado a V.E. de orden de S.A.R. para los efectos consiguientes”
Lleva una nota al margen de 8 de mayo de 1837, que dice: “Se traslada al Comandante General de Caballería, previniéndole manifieste a este interesado a que depósito le acomoda pasar”
No tenemos ninguna otra noticia de don Juan Aguinaco, pues, al contrario de su hermano, no aparece en ninguno de los listados confeccionados tras el Convenio de Vergara, por lo que podríamos presumir que incluso hubiese fallecido antes del final de la contienda.
1.- Expediente Personal. Archivo General de Segovia.
2.- José Luis Ollero de la Torre: La Rioja ante la Primera Guerra Carlista (1833-1839), 2 vol. Instituto de Estudios Riojanos, Logroño, 1994 (Vol. 1, p. 38)
3.- Archivo General Militar de Madrid. Sección de Guerras Carlistas. Rollo 5, carpeta núm. 12.
4.- Tenemos copia de su partida de Bautismo, que nos fue remitida por la parroquia de Santo Tomás Apóstol de Haro.
5.- Expediente Personal. Archivo General Militar de Segovia.
6.- José Antonio Gallego García: El levantamiento carlista de Castilla la Vieja. Actas. Madrid, 2002 (pp. 36 a 41)